
El diseño del acceso al kínder parte de una integración respetuosa y protagónica con la naturaleza preexistente, generando un espacio funcional, armónico y representativo para la comunidad. Dos árboles, un mango y un toronjo actúan como cubierta natural, proporcionando sombra, confort térmico y un marco visual que jerarquiza el ingreso principal. El espacio ha sido concebido no solo como punto de transición para la entrega y espera de los niños, si no también como un área de estancia y encuentro comunitario, adaptable a diversos usos fuera del horario escolar.
La propuesta material busca dialogar con el entorno vegetal mediante el uso de celosías, cemento pulido y piedra bola, que aporta textura y contraste con el paisaje natural. Durante el atardecer, una iluminación cálida acentúa los elementos vegetales y arquitectónicos, generando una atmosfera serena y acogedora que invita a la contemplación y al disfrute del espacio.
Autor de la obra: Arq. Raúl Diego Cervantes
Superficie intervención: 24m2
Año de proyecto: 2024
Fotografia: Diego Cervantes
Tipología: Educación
Ubicación: Poblado El Dorado Uno, Guasave, Sinaloa, México.